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Solución The Fate of Atlantis |
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Modo Equipo
rimero
nos dirigimos a Algeria, ahí, hablamos con un mendigo
que nos dijo que nos daría un regalo si le dabamos comida.
Más al fondo había un lanzador de cuchillos que pedía
ayuda. Le dije a Sofía que se ofreciera de voluntaria
para el espectáculo, y la dije que no era peligroso.
Mientras ella se lo pensaba, la EMPUJE para que se pusiera
a hacerlo. El lanzador nos dió un cuchillo de regalo.
Por el callejón del fondo encontramos a Omar. Él nos
contó todo lo sucedido con los nazis, y sus excavaciones
en mitad del desierto. Omar nos dió un mapa de la excavación
y unos camellos, pero el lugar estaba demasiado lejos
para ir en camello. A la vuelta, cogimos la máscara
(chispeante) que tiene en la tienda y nos fuimos a MonteCarlo.
En Montecarlo, teníamos
que encontrar a Trottier, que seguramente tendría un
disco de piedra. Para ello, yo debía localizarle e invitarle
a subir al hotel donde Sofía le haría una sesión de
espiritismo. Para convencerle, tuve que contestar una
pregunta que me hacía para verificar mis conocimientos
sobre la Atlántida, pero si me había leido bien el Diálogo
de Platón, no tendría problema en contestarle. Al final,
acabamos convenciendo a Trottier para que suba a la
habitación. Aquí puedes utilizar a Indy o a Sofía, para
conseguir el disco de piedra.

Sofía:
Sofía se sentó con Trottier, y le pidió un simbolo de
sinceridad. Despúes éste empezó a hacerla preguntas.
Todas las respuestas de Trottier, me las había dicho
en nuestra conversación en la calle. (Y como manejaba
a Sofía no te costó responderlas). Después de contestar
correctamente a todas las preguntas, Trottier la dijo,
que cuantos dedos tenía detrás de la espalda. Todavía
me sigo preguntando como acertó, pero creo que la respondió
al azar. Trottier se convenció de que era una verdadera
medium. Y como ella le dijo que el camino hacia la Atlantida
era muy peligroso, Trottier la creyo, y se largo, regalando
la piedra solar a Sofía.¡Ya teníamos una! Fuimos a Algeria.
Indy: Al entrar,
le dije a Sofía que le entretuviera mientras yo pensaba
algo. Sofía le pidió a Trottier algún símbolo atlante,
y éste sacó uno de los discos de piedra. Pero no se
lo podíamos robar por la cara, teníamos que planear
algo. Cogí la colcha de la cama y abrí el armarito de
debajo del espejo donde también cogí una linterna. Entonces
hice apagué los plomos de la habitación. Una vez a oscuras,
me puse la sábana y la careta y encendí la linterna.
Obtuve una fisonomía de auténtico Nur-Ab-Sal y así conseguí
asustar a Trottier que se fue, olvidando su disco de
piedra. ¡Ya teníamos uno! Fuimos a Algeria.
Como
Omar estaba en deuda con nosotros por el fracaso de
la expedición, nos dejó cambiarle la máscara por cualquier
otro objeto. Recordamos que habíamos visto un puesto
de ke-babs, pero el encargado no nos aceptaba moneda
americana. Aún así, accedería a darnos un ke-bab a cambio
de otra cosa. Así que cambiamos la máscara a Omar por
otras cosas hasta que al fin encontramos algo que le
gustó al vendedor de ke-babs. (¿Te has fijado en el
parecido que tiene el ke-bab y Max?) Le dimos el ke-bab
al mendigo y éste nos obsequió con un ticket para un
viaje en globo. Era el mejor sistema de transporte así
que fuimos al lugar donde estaba el globo (las escaleras
de la derecha) y le dimos el ticket al vigilante. Una
vez arriba, cortamos la cuerda con el cuchillo del lanzador
y ya eramos libres para viajar.
Pilotando el globo,
llegamos a algunos poblados nómadas, donde ibamos preguntando
donde estaba la X del mapa de Omar, hasta que al fin
llegamos a la excavación.
Una vez en ella, a
Sofía le dio otro de sus teleles de Nur-Ab-Sal y cayó
en un foso. Tenía que rescatarla y buscar algún medio
para volver a Algeria ya que el globo había quedado
inservible. Observé que al camión le faltaba una bujía
y la tapa del distribuidor. Bajé a la excavación. Todo
estaba oscuro, pero palpando pude conseguir una cuaderna,
un tubo, una jarra de cerámica, una estaca y también
pude palpar algo parecido a un generador electrico.
Parecía que el generador no funcionaba por falta de
gasolina. Volví a fuera y usé el tubo con el tanque
de gasolina del camión y con la jarra de cerámica. Ahora,
la jarra estaba llena. Volví a bajar y le puse la gasolina
al generador, ahora, le di al botón y se encendieron
las luces. Habían algunas inscripciones en las paredes.
En una de ella situada a la derecha, usando la cuaderna,
se descubrió un mapa donde había un agujero en el centro.
Puse la estaca y el disco de piedra Solar. Usando la
combinación que salía en el Diálogo, accioné la estaca
y se abrió una compuerta liberando a Sofía. Sofía había
encontrado ahí dentro un pez de ambar, en el que se
decía en el Diálogo que servía para detectar orichalcum.
También encontró una tapa de distribuidor. Ahora ya
sabíamos a donde dirigirnos: a Creta; pero teníamos
que arreglar el camión. La tapa ya la teníamos, y la
otra bujía la cogimos del generador. Ya estábamos rumbo
a Creta.
En Creta
 ara
entrar al laberinto del Minotauro, teníamos que abrir
una entrada cerrada por los discos de piedra. Puse mi
disco Solar pero no pasó nada. En el Diálogo, Platón
decía que para entrar a la colonia mayor había que usar
también una piedra lunar. Seguro que había alguna cerca.
Fuimos a las ruinas y cogimos un instrumento de topógrafo.
En todas las salas medio derruidas que ahí había no
encontramos nada interesante. Por la zona habían muchos
escombros, revolviendo en algunos encontramos dos figuras.
Usamos el nivelador de topógrafo en cada uno de ellos
y apuntamos a los dos grandes cuernos que ahí había,
hasta que se cruzaron los objetivos descubriendo una
gran X. Cavamos con la cuaderna y obtuvimos el Disco
de Piedra. Entramos en el laberinto siguiendo las instrucciones
de Platón con los discos. Cogí dos de las cabezas que
se usaban para el cerrado de la puerta. Al coger la
tercera, la puerta se cerraba. Así que cogí 2 y la otra
la cogí desde dentro con el látigo. Ahora, estábamos
en un laberinto, pronto encontramos una sala donde había
una estatua en el centro y una extraña plataforma en
el suelo. Al ponernos Sofía y yo encima, resultó ser
un ascensor que nos llevó al piso inferior.
Ahí encontramos a
Charles Sternhart. El pobre había recorrido un largo
camino, pero no pudo escapar de esa sala inferior. Si
no nos dabamos prisa, nosotros moriríamos también. Cogimos
el ultimo disco de piedra: el Terrestre y su bastón.
No había salida posible para esa sala, así que nos metimos
por la puerta del fondo. Había una reja en una de las
salidas, y parecía que se podía acceder por el hoyo
de arriba, pero solo Sofía pasaba por él. Como ella
no quería subirse ahí, le piqué dijendole que no pasaba
por su peso, así que le entró un ataque de alevosía
y se subió, abriendo la reja desde dentro.
Seguimos
andando y llegamos a un lugar donde había una repisa
para poner las 3 cabezas de piedra. La puerta se abrió.
Fuimos primero arriba donde llegamos a una sala donde
había al fondo una caja dorada. Pero no llegabamos.
Parecía que por el medio había un hueco de ascensor.
Con el bastón de Sternart pude desbloquear el contrapeso.
Fuimos abajo, subimos al ascensor, y volvimos a usar
el bastón de Sternhart, ahora con la boca de la estatua
que ahí había. Subimos por el ascensor y accedimos a
la caja de oro. Debajo había unas cuentas de orichalcum.
Si usabamos el orichalcum con la caja, el pez no lo
detectaría. Ahora entrabamos en una zona de salas sin
salida, así que fuimos usando el pez en ámbar (con nuestra
caja cerrada y con el orichalcum y el collar de Sofía
dentro) hasta que el detector apuntó a una pared. La
derribé con la cuaderna y llegamos a una sala con un
mapa a escala de toda la Atlántida, descrita en 3 círculos
concéntricos. Usamos los discos de piedra y se abrió
una salida a esa sala. Entré en ella pero noté que Sofía
no venía detrás mío. En su lugar apareció Kerner, que
a punta de pistola se llevó a la chica y las 3 piedras.
Se iban en submarino, así que les seguí para embarcar
con ellos.
En el submarino
 encer
al capitán del submarino fue realmente fácil. Bajamo
abajo, a la escotilla superior. Cuando intenté bajar
a cubierta, descubrí que estaba lleno de fornidos marineros
nazis contra los que poca cosa podría hacer. Usé la
megafonía haciendome pasar por el capitán y los mandé
a todos a otra zona. Abajo, vi a Sofía muy bien vigilada
por un soldado nazi. Le dije que distrayera un momento
al nazi mientras yo cogía el desatascador de ahí abajo.
Tras tenerlo, me acerqué al vigilante y le dije cabeza
de cubo para que Sofía pillara la indirecta y le atizara
con el cubo de metal que tenía a su lado. Era libre.
Ahora teniamos que coger las piedras y buscar la entrada
submarina de la que hablaba Kerner.
En la otra habitación, estaban Kerner
y Ubbermann tramando sus planes para los discos de piedra.
Les oí decir que las piedras estaban en la caja fuerte.
Fui a la sección de la izquierda, y cogí unas rebanadas
de pan y un poco de fiambre con lo que me hice un bocata
submarino. También cogí el ácido de batería con la jarra
de cerámica. Derramé el ácido de batería en la caja
fuerte y conseguí las tres piedras además de una llavecita.
Ahora tenía que pilotar el submarino hasta la esclusa
de aire por la que entraría a la Atlántida. Subí al
cuarto de derrota y puse el desatascador en el lugar
donde estaba la frágil palanca. Bajé a donde se había
quedado Sofía y usé la llavecita en el candado del timón
de seguridad. Ya podía conducir el submarino con el
que pude entrar a la Atlántida.
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